Acciones para reducir la huella de carbono
2 minutos de lecturaSostenibilidad
La huella de carbono es la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), producidos directa o indirectamente por una persona, organización, evento o producto. Se contabiliza en toneladas de CO2.
Las emisiones pueden ser de 3 clases
- Emisiones de alcance 1 (directas): GEI emitidos de forma directa por una organización
- Emisiones de alcance 2 (indirectas por energía): GEI derivados de la generación de electricidad comprada y consumida por la empresa.
- Emisiones de alcance 3 (otras indirectas): resto de emisiones indirectas consecuencia de las actividades de la empresa pero que se dan en fuentes que no son propiedad de ésta ni están controladas por ella.
Principales líneas de actuación para reducir la huella de carbono
Aunque todos podemos reducirlas individualmente, las empresas y organizaciones tienen un papel imprescindible por su responsabilidad, volumen de emisiones y capacidad de cambio.
Por ello, lo ideal es que las organizaciones se planteen instaurar políticas que favorezcan la reducción de estas emisiones.
- Implantación de energías renovables como la fotovoltaica o la eólica.
- Políticas de movilidad de los trabajadores y transporte de mercancías, disminuyendo el uso de combustible o usando vehículos de mayor rendimiento y generen menos emisiones. También fomentar el uso del barco y la formación en conducción eficiente.
- Instauración de tecnologías más eficientes, que produzcan más en menor tiempo o que necesiten menos energía para producir.
- Reducción del consumo de recursos y de la producción de residuos
- Formación del personal en materia.
- Compensación de la huella de carbono mediante la reforestación en zonas degradadas o la generación de áreas verdes urbanas.
- Inscripción en registros de la huella de carbono, que permite identificar cuáles son las principales fuentes de emisión de una organización a fin de poder tomar las medidas necesarias para reducir ese impacto ambiental.